DURA FM
POR NESTOR PORFIRIO NUNEZ
En las últimas semanas, la Cámara de Diputados de la República Dominicana ha sido escenario de una carrera desenfrenada por someter nuevos proyectos de ley. Cada diputado, movido por intereses políticos o deseos de protagonismo, parece competir por quién presenta más iniciativas en el menor tiempo posible. Sin embargo, mientras crece este frenesí legislativo, cientos de proyectos anteriores yacentes en los archivos del Congreso duermen el sueño eterno, ignorados y sin esperanza de ser debatidos. ¿Es esta una verdadera vocación por legislar, o simplemente una estrategia para figurar en titulares y redes sociales?
En apariencia, la actividad Legislativa está en un punto más alto. Diputados de todas las bancadas someten proyectos a diario, algunos de ellos repetitivos, carentes de viabilidad jurídica y técnica.
Mientras tanto, importantes proyectos de ley que abordan problemas crítico del país llevan años engavetados. Entre lo que podemos citar, Iniciativase sobre Salud Mental, Seguridad Ciudadana, Educación Inclusiva y Justicia Penal siguen sin ver la luz del debate.
La falta de voluntad política, el cambio de legislaturas y el desinterés colectivo provocan que muchas de estas propuestas mueran sin ser evaluadas.
El sometimiento de proyectos se ha convertido en una herramienta de marketing político más que una expresión de responsabilidad institucional.
La República Dominicana no necesita más proyectos de ley para llenar titulares, necesita que lo que ya existen sean debatidos, mejorados y aprovados .
Por lo que se hace necesario que los medios de comunicación y la sociedad civil asumemos un rol más activo en la fiscalización del Congreso, exigiendo transparencia y resultados.
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